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4 ene 2010

EL BICENTENARIO

Pocas cosas nos separan de Haití, una de ellas es el Paso de los Vientos.
La Revolución Cubana triunfa el primero de enero de 1959, la haitiana el primero de enero de 1810.

Cuando el 28 de octubre de 1492 Colón anuncia que ha llegado a la tierra más fermosa que ojos humanos han visto, sólo faltan catorce días para hacer lo mismo en las playas de Haití.
Por entonces tribus taínas poblaban ambas costas, y el primer exiliado político acogido en nuestro territorio fue nada menos que, Hatuey, cacique de Guajaba, proveniente de La Española.
En 1513 entra a Cuba por Maisí el conquistador Don Diego Velázquez, y Hatuey que ya conocía el paño, subleva a los nativos dando por resultado la primera limpieza étnica del Nuevo Mundo. Al ser capturado por los inquisidores es condenado a la hoguera. Antes de morir se le promete el reino de los cielos y él, dotado de filosófico primitivismo, se niega viajar al mismo lugar donde van sus verdugos.
Diez años más tarde otro cacique, Guamá,-- éste autóctono-- también se alza cerca de Baracoa y se mantiene en la pelea hasta 1533, en que lo remiten al mismo lugar que Hatuey.
La carnicería se extiende en ambos territorios producto de unas encomiendas que junto con la propiedad de la tierra, el encomendero tenía derecho a explotar sin misericordia a los encomendados.
Tan libres como desnudos, aquellos seres primitivos no pudieron resistir la brutal explotación del hombre por el hombre y optaron por suicidios masivos que despoblaron tanto a Cuba como a Haití.
La solución estaba del otro lado del océano, pues ya en 1513 por Real Cédula de la Trata llegaron los primeros cuatro negros esclavos a Cuba, y el Padre Bartolomé de las Casas, reconocido como el benefactor de los “indios”, recomendó substituirlos por negros bozales del África.
Incluso se traficaron niños en edad laboral (12 años), llamados muleques y en 1515 algunos de los cuales se utilizaron para fortificar el puerto de Santiago de Cuba.
Cuatro años más tarde debutaba en nuestros cañaverales la primera remesa de 300 esclavos; pero la sobreexplotación acortaba la vida útil de esa mano de obra y cada siete años más o menos había que reciclarlos. Por lo tanto el negocio de la trata y el valor agregado del envejecimiento prematuro, dieron pingües ganancias. Para fines del siglo, la fuerza de trabajo esclava llegaba a los 15,000 ejemplares. Cuando La Española pasa legalmente a ser el protectorado francés Saint Domingue, ya los Hermanos de la Costa—que incluían no pocos ciudadanos franceses-- llevaban decenios en posesión de la isla de la Tortuga, hostigando y vaciando las bodegas de las Flotas que partían de La Habana cargadas de oro y plata.
En 1731 se produce nuestra primera sublevación de esclavos en las minas de Santiago del Prado (hoy del Cobre). En tanto la isla vecina se ha convertido en el primer exportador de café del mundo, y el legendario Mackandal a mediados del siglo se le paraba bonito a los representantes de la Corona que por entonces se debatían entre el despotismo ilustrado y las nuevas ideas de la Ilustración.
La expansión del comercio iba en aumento, y conforme se exportaba café y otros productos de gran demanda, de Europa entraban las ideas en ascenso de la Revolución.
El ejemplo de Mackandall fue seguido por Bauckman primero y por Louverture y Dessalines después, al costo de sangrientas luchas con miles de muertos- Al fin, en 1793 las banderas del abolicionismo ondearon en suelo haitiano.
Nueve años después Napoleón envía un enorme ejército para someter a los revoltosos jacobinos de tez oscura, pero encontró su Waterloo antillano diez años antes que en Rusia.
El madrugonazo a Felipe VII, provoca las Juntas patrióticas en los virreinatos del lado de acá del charco, y la expulsión en Cuba de unos 6000 franceses, pero el peligro a la rebelión esclava sigue latente y pitiyanquis prematuros le piden la anexión al Presidente Jefferson que diplomáticamente se lava las manos como Poncio Pilatos.
Los genes de la genuflexión al Imperio, se transmiten de generación en generación, de ahí que en estos momentos nos sumemos a la carta de los intelectuales cubanos en respuesta a supuestos “defensores del negro en Cuba”. Por otro lado cunde el ejemplo haitiano y en abril de 1812 el Capitán General de la “siempre fiel Isla de Cuba”, Marqués de Someruelos, descubre una conspiración para abolir la esclavitud. Su líder, el liberto Aponte es descuartizado junto a ocho de sus seguidores.
Bolívar, --quien siempre abogó por la liberación de Cuba, Puerto Rico, y cuanta colonia caribeña estuviera bajo la bota del colonialismo— recibió en el exilio la mano amiga del entonces presidente haitiano Petion.
La unilateral Doctrina Monroe por la que Estados Unidos en 1823 declara América para los “americanos” no se consideraba válida en el caso del Haití negro, por lo que dió luz verde a los partidarios blancos de reconquistar sus privilegios dorados.
Si Cuba, en estos 50 años ha tenido que resistir el bloqueo de la potencia más grande del mundo. ¿Qué decir de la paciente, sufrida, discriminada y bicentenaria revolución haitiana?
Situada en el patio trasero de un sueño americano convertido en pesadilla para la emigración y las minorías étnicas locales. ¿Cómo será para las foráneas?
Cada vez que en la vecina nación surge un candidato demócrata, --de cualquier color--, le imponen una dinastía duvalierista apoyada no ya por marines, sino por ton ton macutes locales.
La política de pies secos pies mojados, beneficia a los cubanos que se ilegalmente se arriesgan a cruzar el Estrecho de la Florida. ¿Por qué no aplicar también una Ley de Ajuste Haitiano para sus refugiados?
Conforme en la colonia se extraían sus materias primas sin posibilidad de desarrollo industrial. ¿Dónde están las inversiones de las grandes potencias que inviertan esta situación para mitigar la pobreza y el hambre en el país vecino?
En varias ocasiones marines yanquis y paramilitares ocuparon la República hermana para imponer regímenes títeres. ¿Dónde están las brigadas médicas o educacionales –tanto en inglés como en francés--que tanta falta hacen para dignificarlos como seres humanos?
Si Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas, nuestro corazón palpita también en creole.
En tiempos del Bicentenario, ha llegado la hora de los hornos para la Segunda Independencia de América Latina incluyendo a la precursora Haití.

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