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19 abr 2010

RECORDAR ES VOLVER A VIVIR.

Como el Imperialismo tiene tan mala memoria, le gusta estar siempre recordándole algo al resto del mundo, sobre todo porque piensa que todos son como él.
“Remember el Álamo” le costó más de la mitad de su territorio a México. A nosotros, después de tres guerras independentistas y a punto de vencer, nos inventaron un “Remember el Maine” que le costó 260 muertos a sus marines, y a nosotros la soberanía.
En esta sumisa caricatura de “La Política Cómica” con motivo del monumento in memoriam al “Maine”, el 15 de marzo de 1925, Cristóbal de la Torriente intenta reconciliarse con los yanquis, y retractarse de sus sátiras anteriores a la intervención.
Como les gusta archivar causas, la del Maine no fue una excepción: En 1976, la Comisión presidida por el Almirante Hayman Rickover, informó que el orígen de la explosión fue el calor producido por fuego en la carbonera próxima al pañol de reserva, no un sabotaje; por lo tanto aquello fue una guerra prefabricada. En 1911, otra comisión había dicho lo contrario sobre el hundimiento el 15 de febrero de 1898. Dos meses después, el presidente Mac Kinley, ordena el desembarco por considerar que había sido una explosión por mina enemiga. Aclararon el asunto, --como siempre--cuando ya no tiene remedio.
Bastante sangre había corrido ya por Europa durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se les ocurrió intervenir, pero faltaba la excusa. Fue entonces que, desde Hawai, tarde pero oportuno se oyó aquel grito de “Remember Pearl Harbor” que convirtió al Océano Pacífico en todo lo contrario hasta el día de hoy.
Al colonialismo francés le pasó en Vietnam, lo mismo que al Imperio español en Cuba. En medio de su forzosa retirada un “casual incidente” marítimo provocó la intromisión yanqui y que el conflicto se prolongara once años más bajo la consigna de “Remember el Golfo de Tonkin”.
Más cercano sufrimos el “Remember el 11 de Septiembre”, para substituir el fantasma del comunismo, por la lucha contra el terrorismo y el espectro de un tal Osama Bin Laden que sólo aparece cuando les conviene a ellos.
Pudiéramos seguir recordando recordatorios, pero pienso que estos remémberes son demasiado redundantes.
La reiteración machacona fue heredada de otro que bien bailaba en las pistas de la propaganda nazifascista: Goebbels, vocero de Hitler cuando lanzó su sofisma “Una mentira repetida muchas veces se convierte en realidad”.
Pero como dijimos al principio, de Estados Unidos, ese desmemoriado crónico, en su prepotencia imperial no ve, o no quiere ver, que los tiempos cambian.
Hay algo que no perdonan los yanquis; el rotundo “Remember Playa Girón” que recibieron en nuestro país durante aquellas casi 72 horas gloriosas de abril del 61.
Cuba ya no está sola. La luz del ALBA ciega al Tío Sam, que ya necesita con urgencia una Operación Milagro que le permita ver de lejos y hasta lo que ocurre delante de sus propias narices.
Para el amo y sus dóciles
ahijados de Miami que pretenden aplastar la cultura con aplanadoras, o desinformarnos con una radio que no se oye, o una televisora que no se ve, sería conveniente acordarse de aquellos “bravos cocineros” que surgieron sorpresivamente en una “Cocina al Minuto”, cuando se les quemaron los frijoles en las arenas de Playa Girón. Que les aproveche.

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