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9 feb 2012

EN POCAS PALABRAS

A 53 AÑOS DEL DEBUT

Un aviso urgente desde el periódico EL MUNDO me despertó abruptamente en la madrugada del primero de enero de 1959. En ella se solicitaba la presencia urgente de todo el personal de los talleres debido a la situación creada con la huída de Batista en medio de las festividades de Fin de Año.

Amanecía ya cuando en las calles un hervidero humano se movía sin rumbo fijo lanzando consignas y gritos de alegría mientras banderas cubanas y del 26 flotaban al viento desde ventanas y balcones.

Al llegar al edificio de Virtudes y Águila, nunca pensé que me vería participando en un interminable maratón informativo de 24 horas al día durante casi una semana. El Canal TELEMUNDO radicaba en el edificio Ambar Motors de 23 y P, en el Vedado, pero el noticiario del mismo nombre se había trasladado provisionalmente para la redacción del diario perteneciente a la misma empresa, donde acudían constantemente personas interesadas en localizar familiares, denunciar abusos cometidos por la tiranía, o dirigentes revolucionarios interesados en orientar a la población en aquel caos de inseguridad y euforia en que se había convertido la capital. Mientras algunos esbirros huían de la justicia revolucionaria, la Caravana de la Victoria se acercaba para poner orden en la situación.

El noticiero TELEMUNDO estaba bajo la dirección del periodista Carlos Lechuga, quien simultaneaba en esas funciones también en el periódico y había participado en las luchas internas por reivindicaciones laborales y políticas.

Acababa de tomar asiento en mi taburete frente al teclado de la linotipo, cuando Lechuga me llamó a la redacción para presentarme al director del telediario José Rodríguez Méndez, y pedirme que colaborara con él en mi condición de dibujante aficionado. El caricaturista oficial Antonio Prohías solo acudía al centro para cumplir con su espacio a una hora determinada de la tarde. Nosotros los obreros del taller cobrábamos a destajo y nos turnábamos para cubrir las 24 horas del día, en espera de noticias urgentes o ediciones especiales sen se desarrollaran los acontecimientos; por tanto, era la persona ideal para colaborar en mis momentos libres con la programación televisiva que no descansaba de día ni de noche.

Confieso que nunca en mi vida había estado bajo tal presión, y arriesgándome en un campo hasta entonces vírgen para mi. Lo mismo se me solicitaba la ilustración de un jeep del ejército en llamas, para calzar la entrevista de un barbudo combatiente de la Sierra, que el retrato hablado de un delincuente que se aprovechaba de la situación para hacer de las suyas. Sin embargo bajo las órdenes de Rodríguez Méndez y su experiencia en el medio televisivo, todo resultó mucho más cómodo.

Para un novato como yo nada resultaba fácil. Por entonces la programación era en vivo, y se transmitía en blanco y negro lo que facilitaba las ilustraciones; incluso logré trabajos de bastante complejidad gracias a los conocimientos transmitidos por el “profe” Rodríguez Méndez, como aquel mapa que realizamos de la invasión de Camilo y el Che desde la Sierra Maestra hasta Las Villas, y la sugerencia suya de hacerlo: ¡NADA MENOS QUE EN MOVIMIENTO!.

Ante mi estupor Rodríguez Méndez continuó: Toma estas dos cartulinas, en la de arriba dibuja los contornos del mapa de la Isla; la de abajo debe ser negra. En la de arriba abres un surco con esta tijera según el recorrido de ambas columnas. Después moverás la cartulina inferior de derecha a izquierda, para que la cámara de frente tome la imagen visible del trazo negro en movimiento hacia el Escambray. ¡Rústica pero efectiva!

Me quedé botáo, pero la cosa quedó como para chuparse los dedos. No fue el único truco que aprendí con ese pionero del noticiero de televisión.

Aunque nunca más trabaje bajo su batuta. Sí lo hice en algunos espacios del programa Tránsito y de Palante en Televisión como caricaturista—este último con Joaquín M. Condal--. Todo esto que les cuento ocurrió tres años antes de fundarse el actual NTV.

Este 31 de enero se cumple el cincuenta aniversario del Noticiero Nacional de Televisión. Vaya pues mi felicitación a todos los que han tenido el privilegio de trabajar incansablemente y darle prestigio al mismo, sobretodo a los compañeros fundadores de la institución, Freddy Moros, quien fuera su director hasta hace algunos años, y el veterano fotógrafo Héctor Ochoa, (Ochoíta), los que han recibido merecidísimas distinciones con motivo de la efemérides.

HERENCIA HELÉNICA

De la cultura grecorromana venimos y no podemos quejarnos porque de ella hemos heredado muchas cosas buenas y otras no tanto.

Por ejemplo: Los Juegos Olímpicos, cada edición más olímpicamente fastuosa que la anterior; la Democracia ateniense que nos ha servido de guía durante siglos y sin embargo hoy Grecia cuenta con un despedido presidente constitucional y su sustituto de facto y tecnócrata, por más señas. De sus respectivos apellidos, PAPANDREU y PAPADIMO, ni hablar.

Lo que no podemos negar es la fabulosa Mitología helénica que heredaron los romanos con los mismos protagonistas pero distintos nombres. Y es aquí donde quisiéramos detenernos. Famosos son los dioses y sabios esdrújulos de la Antigua Grecia. A saber: Hipócrates, Arquímides, Hipómenes, Hespérides, Perséfone, Andrómeda, Etcétera.

A propósito de ello, aquí les brindamos una caricatura realizada a raíz del descubrimiento de la bomba atómica, cuyos protagonistas Venus y Sócrates comentan la actualidad de entonces, bastante alejada de lo que la ciencia y la técnica ha venido descubriendo, y aportando en estos últimos años del Tercer Milenio.

Además en el Olimpo convivían –a veces en armonía y a veces no tanto—dioses, semidioses, y humanos, en el más completo libertinaje, donde los cuernos de los unicornios se confundían con los tarros humanos, y era común el concubinato entre una diosa y un fauno.

Pondremos algunos ejemplos de ello: El rey Agamenón al frente de su flota, dio en prenda su hijo Higenio a la diosa Diana con el objetivo de calmar sus apetitos sexuales, ya que se habían convertido en vientos huracanados de barlovento, cuando él deseaba avanzar sus naves hacia la lejana Troya en dirección contraria.

La prestidigitadora Medea no se quedaba atrás. Tenía un metío vigueta con Jasón tras las aventuras de los argonautas y la conquista del vellocino de oro, facilitada a él por los conjuros de ella. El romance iba viento en popa hasta que el tipo se enamoró de la bella Creúsa, a pesar de su feo nombre. La ilusionista, en venganza le envió a la novia como regalo de bodas, una caja con una poderosa llama adentro. Al abrirla al palacio nupcial le pasó lo mismo que al cuarto de Tula, con la diferencia de que la propia Creúsa, al no poder apagar la vela, cogió candela.

Otro ejemplo es el de Euridemón, un coloso de talla extra y padre de Prometeo. La diosa Juno se enamora perdidamente del tipo y hacen cuchi-cuchi detrás del Partenón. Cuando más tarde Júpiter se casa con ella y descubre que no era señorita; agarra al gigante y lo lanza a las aguas del Tártaro. Euridemón era grande por gusto y bruto por necesidad. Muere ahogado porque no sabía nadar. De ahí que hace algunos años en Cuba, a los que actuaban de esa forma, se les llamaba vulgarmente tártaros.

Volviendo a los nombres griegos existentes en el gran panteón de su Mitología recordamos a Tántalo el rey de Lidia, quien fue admitido en la mesa de los todopoderosos, el muy verraco robó el néctar de los dioses y la ambrosía para brindarlos a sus amistades, --lo mismo que venimos haciendo desde hace años con las croqueticas de los brindis en los actos sociales—Pero cometió un gran error, a cambio degolló a su hijo Pélope para servirlo a las deidades en un festín. Como castigo Zeus lo lanzó a un lago rodeado de árboles repletos de frutas. Atormentado por la sed y el hambre, cada vez que Tántalo intentaba alcanzarlos, éstos se le escapaban de las manos.

En la actualidad la leyenda de aquel rey gigante es otra cosa. Tántalo se ha convertido en una de las materias primas más cotizadas en el mundo de las altas tecnologías. Es un mineral refractario de difícil disolución en ácidos resistentes a la corrosión como el vidrio; además, dúctil y maleable, lo que permite doblarlo, enrollarlo, soldarlo, y utilizarlo en obtención de aleaciones que soportan altas temperaturas.

Lo mejor es que, lo mismo que en los montes del Olimpo existieron dioses con nombres estrafalarios, hay otros muchos de los llamados minerales raros con características similares. Imprescindibles para la fabricaciones de equipos de alta tecnología, como bombillas de alto consumo, estrías de discos duros, lectores de CD y DVBD, pantallas de televisores de plasma y LCD, baterías de níckel e hidruro metálico (Ni-MH), reproductor de música iPod, etc. Según un artículo de BOHEMIA bajo la firma de Toni Pradas el pasado mes de septiembre, este negocio rentó el pasado año unos mil trescientos millones de dólares.

Les recomiendo su lectura para que puedan seguir ampliando sus conocimientos alrededor de este tema. Yo me limito a terminar como empecé. Con una lista de originales nombres, muy parecidos a los sabios y dioses de la mitología griega y herederos de ella, pero que responden a los patronímicos de estos componentes químicos de la tabla periódica de los elementos:

El ya nombrado Tántalo y sus homólogos Cerio, Lutecio, Escandio, Itrio, Neodimio, Europio, Terbio, Itrio, Disprosio, Neodimio, Samario, Erbio, Praseodimio, Cerio, Gadolinio, Holmio, Lantano y Prometio, entre otros, que se ocultan en las entrañas de la tierra, no tanto por falsa modestia, como por pena a que se les descubran sus patronímicos olímpicos.Para finalizar hemos ofrecido varios descubrimientos espeleológicos realizados durante mis incursiones entre las espeluncas atenienses de mi cerebro.

UNA PAREJA PARA RECORDAR

Dicen que cuando uno arriba a la tercera edad se parece cada vez más a la primera: Se nos empieza a caer el pelo, los dientes, y otras menudencias, igual que los bebitos. Debemos adaptarnos a la dieta blanda, orinamos más de la cuenta, y hasta para caminar nos debemos valer de bastones o andadores. Y si no gateamos es porque después… ¿Quién nos levanta?

La introspección se debe a tratar de explicar el origen de este blog personal, que mantengo contra viento y marea desde hace tres años. Ha sido como un octogenario regalo de Reyes Magos. Es mi presente preferido. A él me he dedicado con la misma pasión de los primeros juegos infantiles. Esto a expensas de mi trabajo profesional como caricaturista aún en activo, o perjudicando mi economía al rechazar ofertas artísticas más rentables…. Pero he ganado mucho más…¡SOY FELIZ!

Tal vez esto explique el carácter indefinible de este sitio web, con incursiones un tanto atrevidas a especialidades tales como la historia, la ciencia, la política, o la cultura; y tratar como he dicho otras veces, de hacerle cosquillas a los acontecimientos.

Tuve la suerte de escoger un oficio que me ha permitido por mas de 60 años comunicarme con mis semejantes y tratar de inculcarles en lo posible el bichito del fisgoneo.

Hoy incursionaré en un caso que me ha llamado la atención desde siempre, porque los personajes en el humorismo gráfico y la historieta, son obras de ficción como mis queridos vecinos, --el gordo y el flaco--,o Elpidio Valdés, el Capitán Plin, Cecilín y Coty, entre otros muchos. Ninguno de ellos de carne y hueso.

He aquí el leit motiv de esta semblanza indiscreta, dedicada no sólo a escudriñar la obra del dibujante que firma Lumat sus trabajos, y la coincidencia de arribar en este mes de febrero a sus 73 años de edad, sino a su obra, la tira cómica “ Elena y Luis” que ha transitado por las publicaciones cubanas CÓMICOS, EL MUÑE y PALANTE, además de los, cuadernos Luis y Elena (para colorear) y Juega y Aprende de Publicgraf; hasta sentar plaza en el mensuario PALANTE desde el año 2006.

Graduado del Instituto Argentino de Diseño, Publicidad, Historieta y Animados, y de la Escuela Nacional de Diseño Gráfico en 1980. Ha trabajado precisamente como diseñador en varias publicaciones cubanas, y sus caricaturas han sido publicadas con frecuencia en VERDE OLIVO, PALANTE, EL SABLE, ALMIQUÍ, MAR Y PESCA y BOHEMIA.

Pero hemos querido hacer una pausa en “Luis y Elena”, la obra suya que para mi ha marcado un desempeño muy original; y para sus lectores --chicos y grandes--, el pleno disfrute de sus personajes pues esos dibujos han pasado por las manos de varias generaciones de cubanos.

Lo curioso del caso es que Luis y Elena no son simples prototipos de papel, sino una versión libre y humorística cuyos intérpretes-- sin parecido físico alguno-- resultan ser: El cienfueguero Pedro Luis Matamoros Naranjo, (a) Lumat, y su media naranja Elena Fajardo González. Un matrimonio ejemplar unidos por más de 37 años. Ambos artistas plásticos, que no sólo están representados en las viñetas de la historieta sino en la vida real por su hijo Luis y su nieta Laura Elena.

A partir de esas vivencias cotidianas han surgidos los argumentos que todos hemos disfrutado más de una vez. El pasado año me enteré del fallecimiento de Ele --como cariñosamente él la llamaba--y al regreso de una breve estancia en los Estados Unidos, le di el pésame a su esposo. Seguro que con su pérdida, Lumat también perdiera a la más autorizada crítica de sus trabajos por su doble condición de modelo y artista. Vaya pues el agradecimiento a ambos, --unidos en el recuerdo--, a nombre mío y de todos ustedes, mis amables vecinos, por este 14 de febrero, Día de los Enamorados.

PIRATAS AYER Y HOY

Como continuación al trabajo titulado “De cuernos y sus variantes”, publicado en la edición del 22 de enero de este año; he aquí un esbozo comparativo del panorama actual de la piratería somalí en aguas del Mar Rojo, y sus referentes en nuestro Mar de las Antillas. Las ilustraciones corresponden a diversas historietas realizadas por mi hijo y yo, basadas en datos tomados del libro “PIRATAS EN EL CARIBE”. Serie RUMBOS, (Colección Nuestros Países,) Casa de las Américas, 1984 del autor Francisco Mota, maestro de periodistas, a quien va dedicado este trabajo post mortem.

El fenómeno conocido como piratería es tan antiguo como la humanidad misma.

Por lo general los piratas eran hombres y a veces mujeres como “Ann Bony y Mary Reed”, que se rebelaban contra la opresión de los poderosos y por tanto quedaban fuera de la ley.

Ese carácter romántico los convirtió a lo largo de la historia en héroes populares, tanto reales como de ficción. Sobre todo estos últimos que llenaron páginas de gloria en aventuras ejemplares como “Robin Hood” a pie en los bosques de Sherwood, o “Sandokan” el llamado Tigre de la Malasia a bordo de balandros u otras naves furtivas en los mares del Sudeste Asiático.

En los albores del Tercer Milenio existen aún; lo único que en vez de sables, bergantines y culebrinas, utilizan lanchas rápidas, ametralladoras y localizadores GPS, entre otras tecnologías de punta.

Si antes el botín consistía en los cargamentos de oro y plata que trasladaban las Flotas al Reino de Castilla y Aragón, hoy es el petróleo de las transnacionales, y en vez de hundir o saquear galeones, secuestran los supertanqueros, pidiendo millonarios rescates por ello. En los aproximadamente dos lustros transcurridos del 2000 a la fecha, varios cientos de esos asaltos y secuestros se han cometido en aguas cercanas a Somalia.

Estos piratas del siglo XXI resultan hermanos gemelos de aquellos Hermanos de la Costa; surgidos a partir de la colonización española, por el intenso saqueo a que fueron sometidas estas tierras, y el surgimiento de la piratería depredadora como repuesta igualmente violenta en aguas del Caribe. Por la cruz y por la espada se dominaron los pueblos indígenas (Hoy repúblicas soberanas).

Mientras la Santa Inquisición se ocupaba de las cosas del alma, la Casa de Sevilla era el monopolio del comercio entre el Nuevo Mundo y la Vieja Europa. Criollos y peninsulares recurrieron al contrabando como único medio de subsistencia, frente a las rígidas medidas del Estanco español. Por otro lado; potencias monárquicas como Francia, Inglaterra y Holanda le declaraban la guerra a España por el reparto de América. (Hoy ocurre lo mismo en el Norte de África y el Medio Oriente).

Militares de carrera y marinos de las armadas involucradas en el conflicto podían atacar fortalezas o hundir naves de guerra, pero lo más importante resultaba asaltar los galeones llenos de metales preciosos que alimentaban al Imperio español (hoy serían hidrocarburos). De ahí que sus enemigos recurrieran a la guerra solapada, y surgieron experimentados aventureros, quienes amparados por patentes de corso, se convertían en mercenarios a sueldo de las naciones enemigas.

A veces los conflictos se resolvían en alta mar. otros en el altar; monarcas hasta entonces enemigos unían los destinos de sus imperios sacrificando a sus respectivos niños-príncipes en fastuosos matrimonios: Bodas reales con naciones por dote en aras de una paz ficticia.

Todo muy bueno, pero aquellos que durante años vivieron del asalto y se formaron en el combate irregular quedaban a pedir limosna. De ahí que vemos como corsarios mercenarios posteriormente desempleados, saquearan por cuenta propia bajo la bandera de la calavera y las dos tibias cruzadas, formando otro tipo de pirata: El filibustero.

Cientos de ellos pagaron con la vida y dejaron sus esqueletos bajo las aguas del océano, otros amasaron verdaderas fortunas, incluso Henry Morgan; quien aparece aquí en un episodio homónimo--terminó como gobernador de Jamaica.

La historia de este bandolerismo marítimo se repite: Muchos de los combatientes a sueldo que abundaron en África en la década de los años 70 del siglo pasado, como mercenarios al servicio del Imperialismo contra la lucha de liberación de los pueblos, son hoy los piratas de cargueros en el Mar Rojo.

Pero volvamos atrás. A partir del siglo XVI surgió del lado de acá, otro tipo de pirata en el Mar de las Antillas: El Bucanero. Tal vez el periodo de los bucaneros sea el más pacífico y verdaderamente autóctono de Cuba:

San Cristóbal de La Habana era el privilegiado puerto de donde partían las apetecibles Flotas hacia la Metrópòli, --pero por muy fiel que fuera la Isla de Cuba— también sus costas bajas, sobre todo las del sur de la Isla, bañadas por el Mar Caribe y el semillero de cayos adyacentes, ofrecían bosques vírgenes, escondidas ensenadas y fértiles tierras como albergue seguro para la producción de carnes saladas, pieles, cueros, y otros abastecimientos a aquellos que, igualmente proscriptos, --acudían a sus costas y pagaban generosamente el servicio con los tesoros de la Corona arrancados a cañonazo limpio. Recuerden que esta época también fue conocida como la del cuero y las pieles.

Entre ellos, el pirata francés Gilberto Girón, quien se asentó en los bajíos de la Ciénaga de Zapata, aportando su apellido a la playa inmortalizada por la Revolución Cubana con la Primera Derrota del Imperialismo en América que en el próximo mes de abril celebra su 51º. Aniversario. Este filibustero galo protagonizó un hecho histórico en 1604 que aparece en otro de nuestros episodios bajo el título de “El Secuestro del Obispo”.

Al médico-cirujano de origen holandés Alexander Olivier Exquemelin, --bucanero él mismo en la Isla de la Tortuga durante el siglo XVII-- se debe la única documentación actual sobre aquella piratería. Por ejemplo: El origen de la palabra francesa “bucaneer”.

Según Exquemelin: Los belicosos aborígenes caribes asaltaban tribus vecinas matando y descuartizando a sus prisioneros para apoderarse de sus animales domésticos, asarlos en unas parrillas (barbacoas), que ponían al fuego en una especie de fogón o (bucán). Esta costumbre de cocinar al aire libre caracterizó a los fugitivos asentados después en el lugar quienes adoptaron el nombre de bucaneros, más inclinados al comercio de rescate que a la acción violenta de corsarios y filibusteros, pero igualmente en busca de fortuna al margen de la ley.

Hoy, el invento resulta igualmente rentable: Una de nuestras mayores atracciones turísticas para los extranjeros es la oferta de suculentas parrilladas bajo un sol tropical, en las piscinas de los mejores hoteles del país.

Pero volvamos al pasado: Expulsados de los diversos enclaves al sur de Cuba, los bucaneros encontraron un lugar ideal al norte de La Española: la Isla de la Tortuga en las costas del Haití actual.

El enganche se hacía –como siempre-- desde Europa, de donde partían a los lugares de Las Antillas seleccionados con anticipación. Al llegar los bucaneros contratantes pagaban 30 escudos a la compañía transportista y el “comprometido” debía cumplir el acuerdo sin remuneración alguna durante tres años al servicio del contratista. En ese tiempo se entrenaba en la caza, la pesca, el curtido de cueros y otras actividades afines. Cuando se “graduaba” recibía en pago un fusil, pólvora y dos cuchillos con los que emprendía el oficio por cuenta propia y formaba parte de la congregación. Esto era algo mucho más atractivo para los habitantes del viejo continente sometidos al continuo guerrear entre sus potencias y las asfixiantes relaciones de producción existentes. Por lo pronto la explotación tenía un límite; pasadas las pruebas podía conquistar su independencia y la soñada riqueza si aprendía bien la lección.

Como organización social, Los Hermanos de la Costa era una especie de republiquita sin propiedad privada. Los cargos se otorgaban por votación,--casi siempre eran elegidos los más aptos y respetados— y tenían una especie de seguridad social primitiva al recibir cierta compensación humanitaria por daños y perjuicios, como la privación de un órgano en combate.

Desde 100 escudos y un esclavo por la pérdida de un ojo, hasta la amputación del brazo derecho con 200 escudos y dos esclavos. Estas son sólo algunas leyes que disfrutaban aquellos proscritos de la época, mucho más humanas que las impuestas oficialmente por el dogma de la iglesia y las órdenes reales de la Corona; o por el Neoliberalismo actual que asfixia a un 99% de la población mundial.

Este régimen socio-político-–mucho menos salvaje que el de sus enemigos imperiales, sentó sus bases en la Isla de la Tortuga, situada al norte de Haití, donde acabamos de rememorar los diez años del terremoto más devastador de su historia, en un país ya condenado por las enfermedades, la ignorancia, el hambre, y la miseria; pero sobre todo por la exclusión extranjera y la falta de solidaridad.

Hoy Haití se incluye como miembro observador del ALBA, y otro amanecer se vislumbra.

RENACER

El título que acabamos de ofrecerles no es impensado. Parte de ciertas impresiones advertidas personalmente en la última semana de mes.

El miércoles 25 de enero el periódico GRANMA en su página cultural bajo el título de “Invitación entre puentes anunciaba lo siguiente:

“…Este programa cultural a cargo del periodista y crítico Fernando Rodríguez Sosa, el sábado 28 de enero a las 8.30, en el Museo Provincial Palacio de Junco, en Matanzas, tendrá como invitado al humorista gráfico Francisco Blanco, (Blanquito), en ocasión del Salón Nacional de Caricatura “Doble Nueve” que se celebrará en la llamada Atenas de Cuba. Además de entrevistar al también fundador del semanario humorístico PALANTE, Rodríguez Sosa comentará el libro “Massaguer, República y Vanguardia”, de Jorge R. Bermúdez, publicado por Ediciones La Memoria, del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau…”

Al día siguiente partimos para Matanzas un grupo de humoristas invitados a la inauguración de dicho concurso “Doble Nueve” en la galería provincial “Pedro Esquerré”.

Para mi el acontecimiento fue el renacer de ese artista plástico prematuramente desaparecido, a quien cariñosamente llamábamos “El gordo Esquerré”, --una de las promesas de la pintura y el humorismo matancero--.

El título de la convocatoria, recuerda también la obra más conocida internacionalmente del caricaturista Conrado W. Massaguer, donde plasmó la jugada perfecta de la Segunda Guerra Mundial, “El doble nueve” pues en ella enfrentó en la mesa de dominó a los protagonistas principales de la misma, Roosevelt y Churchil frente Hitler y Mussolini, mientras detrás, como simples “sapos” aparecen Stalin e Hirohito.

Lo curioso es que hubo dos doble nueves: El otro cuadro de él es anterior y tiene el típico sabor bucólico de este juego, pues muestra una partida entre guajiros, en un fondo rural costumbrista. Lamentamos no haber conseguido esa versión.

La prensa nacional ha destacado la labor del jurado formado por los artistas Adán director del DEDETE, el afamado matancero Manuel, y el trinitario Ramsés, así como las obras ganadoras, sus autores, y otros aspectos del acto inaugural. Lo que obviamos para no salirnos del tema central de esta crónica: RENACER.

Aquella tarde, bajo la tarja de la Galería de Arte sede de la exposición, que recuerda a Esquerré, pude fotografiarme con otro genio de la caricatura cubana: Gustavo Prado (Pitín), sempiterno emigrante nacido en Ranchuelo, madurado en La Habana, y desde su jubilación, matancero aplatanado. Las flores y otros presentes en sus manos dan fe del homenaje que se le brindaba, demostrativos del cariño que le profesan sus admiradores y vecinos. La imagen podría titularse: Dos octogenarios fundadores de PALANTE renacidos bajo un mismo techo.

Amenizó la actividad el trovador autóctono Toni Ávila, (La choza de Chicha) --en mi modesta opinión, un maestro del retruécano, el trabalenguas y el doble sentido--. Como ustedes conocen por la firma, mi primer apellido es Blanco, y el segundo, Ávila, que coincide con el primero de él. Sin embargo, según sus propias parodias, “…somos más que negro y que blanco, somos martianos y cubanos…”

Pero ahí no pararon las sorpresas de este Renacimiento. Al concluir el acto cultural, y antes de regresar a casa, los invitados habaneros decidimos hacer un breve recorrido por las coquetonas calles de la ciudad, más reverdecidas que nunca por los “timbiriches” de los cuentapropistas que antes el trovador Ávila nos había pintado con tanto colorido y sabor. Pero notamos además que algo renacía en aquellos transeúntes y comerciantes. La pasión por la pelota, el deporte nacional, cuya afición había retoñado precisamente bastante cerca de allí, en el centenario Palmar del Junco.

A cincuenta años del nacimiento del beisbol no rentado en Cuba (1962), por primera vez el sotanero Matanzas ocupaba la primera plaza en la lista de posiciones de la región occidental. Era la resurrección de una hegemonía, “Azucarera” y el pueblo estaba alborotado.

La gente, ante las tarimas, no regateaba los precios como habitualmente lo hacía, sino preguntaba quién ganó el juego de ayer, o qué nos estaban preparando para el de hoy. Había que tener mucho cuidado en nuestros comentarios. Era tal la pasión beisbolera, que si descubrían nuestra identidad capitalina, podía echarse por tierra la hospitalidad de un pueblo tan amable.

Esa noche, se enfrentaban nada menos que por el primer lugar, los equipos Industriales y Matanzas en el estadio local. Y era lógico aquella resurrección pues, por primera vez en muchos años, las gradas repletas no daban a basto y las telenovelas desaparecían como por encanto de las pequeñas pantallas para dar paso en cada hogar a la lucha entre cocodrilos matanceros y leones capitalinos.

Por suerte para ellos --y para nosotros también—en el estadio, los Industriales no pudieron pasarles la escoba, y la serie quedó dos a una. Así se calmaron los ánimos.

Estos son solo algunos aspectos del renacer de Matanzas que anunciamos en el título de esta croniquilla, ya que, por lo visto, la provincia sigue y seguirá siendo la Atenas de Cuba.

En mi criterio, esto marca la intención de la capital yumurina por reconocer la herencia cultural existente en la Ciudad de los Poetas, con hincapié en el humorismo gráfico, y su gran exponente en la primera mitad del siglo XX Conrado W. Massaguer, cardenense por más señas; a quien volveremos con motivo de su sonriente 117 onomástico el próximo 3 de marzo de 1895.

Como anunció el diario, regresamos a la Ciudad de los Puentes el sábado.

Todos sabemos que el 28 de enero es un día de gran significación en Cuba por la celebración del nacimiento de Nuestro Héroe Nacional José Martí. Coincidió la fecha esta vez con la invitación del colega Fernando Rodríguez Sosa, a pocos días de inaugurarse la Feria Internacional del Libro 2012.

Precisamente, sobre la vida y obra de Massaguer, libro escrito por Jorge Bermúdez, trataba el coloquio y los organizadores pensaron que mi presencia enriquecería el debate, pues la revista BOHEMIA había publicado un artículo mío con motivo de su Centenario en marzo.

Tuve el placer de recordar mis vivencias y conversaciones con el maestro, entre ellas lo referido a la caricatura más grande publicada en la prensa por un cubano. Se habló de su impronta en la primera mitad del siglo XX, dado su carácter mundano, y la aproximación a cierta parte de la alta sociedad, así como la superficialidad conque algunos detractores lo acusaban de bon vivant. No tenían en cuenta su apego al desarrollo y la modernidad, sus vínculos con la izquierda más revolucionaria de la época, o la fundación de revistas de avanzada para su época.

Como si todo esto fuera poco, a él se debe la introducción en Cuba del sistema de impresión off-set, mucho antes que otros países latinoamericanos.

Lo más importante: Murió modestamente en Cuba, sin ceder a las tentadoras ofertas que se les hacían desde el extranjero.

Tuve además la alegría de que en esa ocasión concurrieran también mi hijo homónimo y su compañera —ambos pertenecientes al equipo de BOHEMIA--, aprovechando para presentar algunos de sus trabajos gráficos alrededor de la figura del Apóstol en su 159º. Aniversario.

Reitero una vez más que aquello nos hizo renacer a todos.

PATAS ARRIBA

El mejor ejemplo de que el mundo está patas arriba es el del cerro Potosí en Bolivia. Esto ocurrió a partir de su descubrimiento en 1545 por un pastor quechua, hasta que debido a su explotación despiadada primero del coloniaje español y después por el capitalismo salvaje, ocho millones de indígenas, han dejado el esqueleto en sus minas, y el Cerro Rico corre la misma suerte al anunciarse el próximo colapso de sus paredes debido a la sobreexplotación durante más de cinco siglos. La frase…”Vale un Potosí” que nos llega desde la época del Quijote, o la imagen que nos pintó Eduardo Galeano en su obra “Las Venas abiertas de América Latina” donde nos recuerda que Potosí tomó el nombre de Villa Imperial en tiempos del virreinato, pues llegó a estar entre las más ricas del mundo y con mayor número de habitantes que ciudades europeas de entonces como Roma, París, o Madrid, cuando ni siquiera New York existiera.
En aquellos tiempos del Imperio español, hasta las herraduras de sus caballos eran de plata. Hoy es una de las regiones más pobres de América y el Cerro de Potosí ha sido declarado zona de desastre.
¿No es este un mundo patas arriba?
Han pasado 40 años de aquel debut de Eduardo Galeano cuando obtuvo la Mención Ensayo del Premio Casa de las Américas 1971 con “Las Venas Abiertas de América Latina”.
Veamos estas reflexiones: “…Los despojados, los humillados, los malditos, tienen ellos sí, en sus manos la tarea. La causa nacional latinoamericana es, ante todo, una causa social; para que América Latina pueda nacer de nuevo, habrá que empezar por derribar a sus dueños, país por país. Se abren tiempos de rebelión y de cambio. Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre la conciencia de los hombres…”
Así concluye el último párrafo de dicha obra. Su autor, regresó a Cuba recientemente como jurado del mismo certamen. A lo largo de todo ese tiempo el escritor uruguayo nos ha regalado obras tan profundas como aquella primitiva intervención quirúrgica en el cuerpo enfermo de nuestras tierras latinoamericanas. Galeano continuó trabajando sin desmayo en sus crónicas, ensayos político-sociales, poemas, y otros géneros literarios con su compromiso político y su personal maestría. Treinta y cuatro años más tarde de aquel Premio Casa, apareció una nueva sorpresa suya que tituló “Patas Arriba. La escuela del mundo al revés”. Su delicadeza nos permitió degustar una entrevista que el colega Pedro de la Hoz le hiciera para el diario GRANMA el pasado lunes 16 de enero en medio de la abrumadora lectura de tantos textos concursantes en el evento. Hemos seleccionado algunos fragmentos de sus respuestas al interrogatorio, que esperamos sean del agrado de nuestros vecinos lectores, precisamente como un ejemplo de este mundo patas arriba que nos ha tocado vivir. Él mismo se describe como recuperador de palabras o juntador de historias. “…Yo escucho las memorias de otros y las devuelvo en la escritura (…) No me considero un escritor objetivo. Eso proviene de un mundo en que todo está parcelado, la emoción y la intelección, el alma y el cuerpo, la razón y la imaginación. (…) parece que será muy difícil armar pedazos y comprender de una vez por todas que en un mundo caben otros muchos mundos…”
Y yo me pregunto: ¿No es el actual un mundo patas arriba?
Más adelante expresa: “…Al repasar el episodio de Chávez con Obama y “Las venas abiertas…” recuerdo que muchos vieron en la ascensión de éste a la Casa Blanca como un hecho positivo en uno de los países donde con más saña se ha ejercido el racismo y la discriminación, un negro en la silla presidencial. Sin embargo, ya desde la campaña electoral se apreciaba que su discurso era al fin y al cabo, la continuación del discurso de los presidentes imperiales. Y luego, mire usted, le dan el Nobel de la Paz, y lo agradece con un discurso sobre la guerra…” Y yo me pregunto de nuevo: ¿No es este premio el resultado de un mundo patas arriba?
A continuación el entrevistado anuncia un nuevo libro en preparación “Los hijos de los días” donde resume lo siguiente: “…Es un calendario. A cada día le corresponde una historia. Cada una de ellas la escribí no menos de 30 veces (…) La idea nació de mi encuentro con la cultura maya en Guatemala (…) No sé cómo sobreviví a la Guatemala de la época, donde campeaban los escuadrones de la muerte con tal impunidad que marcaban cruces en las puertas de los que iban a matar al día siguiente. Para los mayas el tiempo funda el espacio. Se adelantaron a Einstein…”
Como vemos, la forma despiadada conque el neoliberalismo engendró gorilas en nuestro continente chocó con la ancestral cultura precolombina, y eso da pie para repetirnos la pregunta: ¿No es esto un mundo patas arriba? Inspirado en tan original premisa, realicé una historieta homónima en forma paródica para la revista LA CALLE de los CDR cubanos, la cual se publicó en el Núm. 46 de ese propio año 2005. Se trata de una pincelada costumbrista en versión libre con la que pretendía reflejar la inhumana conducta de algunos cubanos que se dedicaban --¿aún lo hacen?--al entrenamiento lucrativo de perros para enfrentarlos en peleas de vida o muerte. Si logré o no mis propósitos satíricos, con la explotación del animal por el hombre y su pesadilla final, solo ustedes mis destinatarios pueden confirmarlo. A continuación, rogando porque la reducción les permita visualizar debidamente el mensaje, les ofrezco una copia de dichas tiras cómicas cubanas, que sirvan de ilustración a varias opiniones del propio Galeano sobre su obra ”Patas Arriba”. Las actuales películas y videos de violencia, crimen y terror nos llevan a pensar que por el contrario, la industria del entretenimiento --Made in USA a la cabeza--, nos invita y convierte cada día más en bestias, mientras acariciamos a nuestras mascotas. “…El mundo al revés es muy injusto, premia la falta de escrúpulos, castiga la honestidad, desalienta la creación, y estimula el consumo. Otra clave del mundo del revés en la sociedad de consumo, con toda su mitología (…) Si se les repite a los muchachos que no son nadie, que sin coche propio y zapatos de marca no merecen existir; bueno, esa orden de consumo se traduce en una invitación al delito. La dictadura del consumo es un tipo de injusticia que se suma a la injusticia más obvia, la que determina que los pobres se multipliquen al mismo tiempo que la riqueza se concentra en pocas manos…”
Estos criterios tienen algo en común con los actuales movimientos sociales que vienen manifestándose en los países más desarrollados del mundo ahora en crisis; mientras nuestra sufrida América Latina apuesta por la inclusión social, el desarrollo sostenible, y la paz. Reitero la pregunta: ¿No es este un mundo patas arriba?