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9 nov 2012

EN POCAS PALABRAS


YO DELANTE Y LA GRITERÍA ATRÁS 

Me contaban los presentes que yo nací en la Ciudad de la Habana en la madrugada de un 28 de noviembre. Hace tanto tiempo que del año ni me acuerdo; lo cierto es que la posición de colgado boca abajo no me gustaba nada y el llantén se escuchaba en toda la capital y más allá, hasta que llegó la consabida nalgada redentora.
Precisamente en ese momento—mar por medio—en la lejana Nicaragua otra gritería también comenzaba, y su historia es mucho más interesante que la mía, así que los invito a conocerla.
Lo ocurrido en el hermano pueblo centroamericano se remonta a ese mismo día, pero hace 240 años, cuando unas mujeres que lavaban la ropa sobre unas piedras en el gran lago de Nicaragua—también Cocibolca—vieron una caja flotando entre las olas; asustadas llamaron a los frailes de la iglesia de San Francisco, quienes lograron arrastrar el bulto hasta la costa. Cuando lo abrieron hallaron dentro una imagen tallada en madera. Se trataba de la Inmaculada Concepción de María, hallada aquel 28 de noviembre de 1772, en situación similar a nuestra Virgen de la Caridad del Cobre en la Bahía de Nipe, y por tanto en el futuro Patrona de ese país.
Es decir que mi cumpleaños coincide con las festividades populares que se celebran anualmente nueve días consecutivos, hasta la culminación de “La Gritería” el 7 de diciembre.
Volviendo al mito: Los creyentes lo consideran un milagro; otros opinan que la imagen había caído de un barco que cruzaba el río San Juan; pero nadie explica como la caja pudo cruzar el río y el lago en contra de la corriente. Otra versión cuenta que en aquellos tiempos coloniales, durante un combate efectuado frente a piratas ingleses, en la fortaleza del Castillo Rafaela Herrera, sus defensores, temerosos de que la santa cayera en manos enemigas decidieron ponerla en una caja y lanzarla al mar.
Otras narraciones remontan la leyenda a 1524 con la aparición de la Patrona en Granada, ciudad colonial a 45 kilómetros de Managua. Sin embargo es a partir de 1862 que se le otorgó a la Virgen María el grado de Generala de los Ejércitos de Nicaragua, mientras el pueblo cariñosamente llamaba a su Patrona --La Conchita, como a la nuestra también se le conoce por Cachita--.
Tradicionalmente al fervor religioso se une el entusiasmo popular con los fuegos de artificio, cánticos de feligreses y bombillas de colores. Visitantes y curiosos también se dejan arrastrar por la contagiosa alegría y agradecen los obsequios de confituras, golosinas y caramelos, mientras calles y edificaciones se engalanan con adornos de flores, o decoraciones naturales a base de ramas de madroño, el árbol nacional.
Pero sobre todo música y gritería, mucha gritería, con lo que se identifican dichas fiestas.
¡FELICIDADES PUES HERMANOS NICARAGÜENSES EN MI Día Y EL VUESTRO!

 
CHE, EL IRREPETIBLE
Tras el triunfo revolucionario de 1959 los acontecimientos en Cuba se desarrollaron a una velocidad vertiginosa, no es de extrañar pues que el 25 de noviembre se desatara un gran escándalo en la Embajada de los Estados Unidos al conocerse el decreto que convertía al Che en Presidente del Banco Nacional de Cuba.
Sus ahijados anexionistas del patio basados en el choteo tan de moda en la seudorrepública tejieron rápidamente un cuento para desacreditarlo, más o menos en estos términos.
“…En una reunión del Consejo de Ministros, el Comandante en Jefe plantea la necesidad de contar con un economista y el Che, siempre a la vanguardia, se ofrece para el cargo; al explicársele sus obligaciones, el Guerrillero Heroico rectifica su decisión al creer que se había dicho comunista…”
Esa es más o menos, la esencia de lo que recuerdo, sin embargo además de comunista el Che era, en la práctica, un gran economista, demostrado con creces en la organización del abastecimiento y producción guerrillera de la Sierra durante la lucha armada.
Cuando en la toma de posesión del cargo el Dr. Ernesto Guevara de la Serna, con su habitual conducta estampó la firma Che en el documento oficial, la gusanera revuelta y brutal aumentó su campaña satanizadora. Pero la medida del gobierno revolucionario tenía sus razones: A la campaña de robo de cerebros entre técnicos y profesionales, se unía la fuga de capitales, y solo un revolucionario cabal podía frenar tal maniobra.
Pero eso también causó sorpresa hasta en nuestras filas.
El Dr. Luis M. Buch, entonces Ministro de la Presidencia y Secretario del Consejo de Ministros, lo cuenta en su libro “Gobierno Revolucionario Cubano. Génesis y primeros pasos” sintetizándolo en estos términos. Ese día de la toma de posesión, yo le objeto en voz baja que debe firmar con su nombre completo, pero él insistió en firmar así. Al percatarse de ello el Presidente de la República Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, nos preguntó:
--¿Qué ocurre?
Al explicarle que el Dr. Guevara estaba firmando como Che y no con su nombre y apellidos completos. Éste último sin esperar un segundo replicó secamente: ----Cada uno firma como quiere.
Fidel aclara este asunto durante una plenaria azucarera celebrada el 15 de diciembre de 1959, cuando en una de sus partes dice:
 “…Que nadie se llame a engaño, el Che no está ahí para hacer ninguna barbaridad, el Che está ahí igual que cuando la mandamos a Las Villas, para impedir que pasaran las tropas enemigas hacia Oriente, lo he mandado al Banco Nacional a impedir que se vayan las divisas del país…”
A principios de 1961 se efectuó una genial y sorpresiva operación financiera conocida como el cambio de moneda, y aparecieron públicamente las nuevas emisiones de billetes con la imagen y rúbrica del Che.
Incrédulos aún, los adinerados y disidentes de entonces formaron el despetronque. Corriendo a cerrar las cuentas bancarias o extraer sus queridísimos “papeles verdes” como eufemísticamente les llamaban a las divisas convertibles.
Estos son a grandes rasgos los acontecimientos que se me atropellan en la memoria alrededor de su presencia al frente del Banco Nacional de Cuba, breve pero fecunda como todas las acciones del Guerrillero Heroico.
Y para que así conste, aquí les muestro uno de aquellos billetes que dejaron de circular desde hace algún tiempo, pero sin embargo mantienen gran valor numismático. Para las nuevas generaciones que no los conocían, hemos reproducido uno de ellos ampliando la firma Che, tan irrepetible como él mismo.

ME HUBIESE GUSTADO…
El pasado 26 de junio la Organización de Naciones Unidas (ONU) cumplió sesenta y siete años de creada. Había finalizado la Segunda Guerra Mundial con un saldo de más de 70 millones de víctimas entre fallecidos y lisiados, así como la destrucción de las principales ciudades de Europa y otras latitudes.
Además existía la posibilidad de un peligro mayor por el descubrimiento de la bomba atómica y su bárbara demostración con la innecesaria explosión de dos artefactos nucleares sobre Japón casi al final de la contienda.
Ese holocausto no debía repetirse; por tanto las potencias militares que emergieron victoriosas del conflicto y el resto de los países del mundo determinaron acabar con esa locura, al crear un organismo rector que velara por la paz mundial, nada menos que en medio de una Guerra Fría entre dos Superpotencias.
Nueva York sería la sede de la institución, pero pudo haberse constituido en cualquier otra ciudad del viejo continente con más razón, pues sufrían en carne propia las huellas del genocidio.
Volvamos al presente: Me hubiese gustado que con motivo de la recordación, algunos de los todopoderosos miembros del Consejo de Seguridad, en consonancia con sus reconocidas dogmas del Santo Oficio postmodernista, convocaran a una sesión solemne; en ella someter a juicio sumarísimo al escritor y periodista español Pascual Serrano, para que respondiera ante la Asamblea General por las acusaciones aparecidas en el artículo suyo que circulaba bajo el título de “Cosas del dinero que usted quizá no sabía”.
 Veamos algunos de sus comentarios:
“¿Sabía usted que la empresa Exxon Mobil ganó 9,907 millones de euros con un empleado en España y no tuvo que pagar un solo euro de impuestos?(…) O que la empresa Foxconn, que fabrica los cristales endurecidos para las marcas más conocidas de smartphones (teléfonos inteligentes) tuvo que poner redes en sus factorías para impedir que sus empleados desesperados por las condiciones en que se les obliga a trabajar, se tirasen por las ventanas.(…) ¿Conocía que el valor de las acciones de las empresas más grandes del mundo es equivalente al PIB de los 27 países de la Unión Europea y que el valor de los activos del Banco de Santander (1,6 billones) es mayor que el PIB de España (1,3)? (…) O que sólo nueve  personas controlan un mercado que inmoviliza nada menos que 700 billones de dólares. (…) ¿Sabía que actualmente los Estados sólo crean directamente menos del 10% del dinero circulante porque el resto lo producen de forma intangible principalmente los bancos, y es por acceder a ese dinero virtual por lo que las economías europeas están endeudadas y pagan en intereses más que el sueldo de todos sus empleados?...”
Hasta aquí sólo hemos reproducido cinco de las quince interrogantes con que cuenta el artículo de Serrano, así que imagínense el espacio a cubrir si tenemos en cuenta que el colega español tomó la información del libro “Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero” (Espasa) que cuenta con 200 páginas, y él sólo ha seleccionado lo que cabe en una.
Me hubiese gustado que tras la lectura del informe por un miembro de la solemne instancia inquisitoria, tomara la palabra un vocero de dicho Consejo de Seguridad para citar al acusado con rimbombante pedantería:
--PASCUAL SERRANO.
De inmediato desde el fondo del salón, la voz de un desconocido se adelanta a responder:
--¡TE PARTO EL ANO!
Estruendosas risas y hasta aplausos retumbaron en el hemiciclo ante el estupor de los miembros del jurado, quienes de inmediato cambiaron impresiones ante tan embarazosa situación, hasta que a uno de ellos, más espabilado que el resto, se le ocurrió una idea salvadora:
--Déjenme a mi, yo lo cito de nuevo y el gracioso no podrá embromarnos otra vez.
Decidido toma el micrófono y con voz solemne dice:
--SERRANO, PASCUAL.
La respuesta no se hace esperar:
--¡TE LO PARTO IGUAL!
El Salón de Conferencias se caería abajo del jolgorio formado por los representantes de casi todas las naciones que reían a mandíbula batiente.
Tal vez haya resultado un tanto fuerte este chiste nuestro, pero más escandalosa es la realidad contada por el colega y mayor la desvergüenza apresada en el libro de marras, aunque nadie se haya sonrojado por ello.
Así que, con vuestra aprobación o no… ¡Me hubiese gustado que es0 pasara! 

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